La buena vida, la salud y las buenas relaciones

El mundo actual parece conspirar para generarnos el deseo de todo “sin límites”…Como si hablar de límites fuese una mala idea, hasta una mala palabra. Como si los límites o las fronteras fuesen enemigo de lo humano.
 Sin embargo, en Logoterapia Vincular compartimos una visión de los límites como necesarios, en tanto modulan y moderan lo más primitivo del ser humano, como son las pulsiones. Imaginemos el camino al que lleva, por ejemplo, el comer sin medida (en cantidad y en calidad de los alimentos), o en trabajar sin horario y sin pausas (cuando la vida se esclaviza por el hacer y el producir sin espacio ni tiempo para el ser).  Y ni hablar de los enemigos cotidianos y cada vez más extendidos de la exposición desmedida de la vida privada, pasando por el abuso del poder y la corrupción en todas las esferas (en donde leemos una búsqueda frenética del dinero que hiper-excede cualquier lógico deseo de bienestar material), hasta tocar los tan conocidos flagelos de la drogadicción, el alcoholismo, el sexo desalmado, o la ponderación de todo tipo de “distractores” que eviten el percibir, el pensar, el sentir, enfrentar, vivenciar…
Frankl nos remite entonces al “vacío de sentido”.
¿Cómo se desarrollaría una persona si, desde la niñez, le enseñásemos que la más valiosa de las búsquedas es el camino de encontrarle sentido a la propia vida?
En estos días me topé con esta frase: “no prepares el camino para el niño; prepara al niño para el camino”. Recordemos que la libertad y la responsabilidad son las condiciones previas para avanzar hacia una meta. Y Frankl definía a la Psicoterapia como una “educación para la responsabilidad”. Entonces, preparar al niño para el camino es educar en la libertad con responsabilidad. No olvidemos que somos capaces de reflexionar cobre quiénes queremos ser y sobre cómo queremos afectar la porción del mundo que habitamos. Para lo cual es necesario recuperar la esperanza, la libertad al elegir, e incluso la idea misma de ser capaces de elegir.
¿Cuándo es el mejor momento de aprender que una vida feliz tiene que ver con poder tejer vínculos de buena calidad, y no con ilusiones esporádicas de éxito o fama, riqueza, juventud, o intentos de fallidos de no pensar ni sentir?
Una de las charlas TED (Ideas Worth Spreading), que tiene como presentador a Robert Waldinger, nos propone analizar los resultados de un trabajo de investigación que lleva ya 75 años y que parten de la siguiente pregunta: “¡Qué nos mantiene felices y saludables?”.
Este estudio indagó en la vida de 724 personas, enmarcadas en dos grupos: estudiantes adolescentes (cuando se comenzó, allá en al año 1938) de la Universidad de Harvard. Y un segundo grupo de jóvenes  de los barrios más pobres de Boston. De esta población han salido: operarios, médicos, albañiles, abogados, un Presidente de EUA. Algunos con problemas de alcoholismo, pocos con esquizofrenia. Durante todos estos años, y sobre sus vidas, sus historias, su historial clínico médico (incluye análisis de sangre, estudios cerebrales, etc.), hasta entrevistas con sus cónyuges e hijos.
En la etapa de la juventud y adultez, el 80% expresó que sus metas más importantes en la vida eran: ser ricos, jóvenes, tener fama o éxito, poner su esfuerzo en lograr más.
¿A qué conclusiones arriba esta investigación?
Son las buenas relaciones las que nos permiten ser más felices y más sanos.
Incluso nos permiten vivir más. Lo importante no es la cantidad de amigos, por ejemplo, que uno tiene. Sino la calidad de las relaciones.
Desde la Logoterapia Vincular nos sentimos muy comprometidos con estos resultados, por eso hoy los incluimos. Y reafirmamos el valor de protección que tiene en la vida de toda persona el grado de satisfacción que vivencia en sus relaciones. Así como también su relación con la salud en general, ampliamente demostrado hoy por la Psiconeuroinmunoendocrinología. Esta última especialización corrobora la protección del corazón, del cerebro, del sistema inmune, cuando la persona vive un entorno de buenos vínculos y de satisfacción emocional. Estar cursando este posgrado universitario me permite corroborar el valor de las buenas emociones y de la búsqueda de la salud vincular como modo de vivir en armonía.
 Los buenos vínculos van de la mano con la plenitud.
Algunos dirán que estamos hablando de algo que puede ser tan antiguo como la humanidad. Pero ¿por qué seguimos buscando cómo lograrlo? Porque el mundo de los afectos es muy complejo…Y la necesidad vincular intrínseca de la condición humana tiene que ver con algo que requiere dedicación y esfuerzo (para empezar) , y constancia y lealtad. “Contar con el otro”, sin intentar búsquedas utópicas es un trabajo que le otorga “sentido a la vida”.